Yo no sé qué pasa en los meses de verano, que son los meses de las bodas. Las tardes de sábado de Julio y Agosto las pequeñas iglesias se llenan de invitados felices y de suelos tapizados de arroz. Tardes de abanicos, flores y alegría. Para nuestra familia, Julio comenzó con boda y terminará en boda también.
Para esta ocasión, mi madre me inspiró con una idea para mi bolso de mano. Me sugirió transformar un salvamantel de rafia redondo en un bolso de tipo abanico. Bastó darle una pasada a los bordes por la máquina de coser y añadir unas flores a juego con el vestido. El cierre lo pegué con unas gotas de silicona caliente.
En mi corta experiencia con la máquina de coser, nunca se me había ocurrido coser rafia, pero lo cierto es que no fue nada difícil y rápidamente la forma del bolso apareció en el vistoso salvamanteles de color violeta. Decorarlo con unas flores a juego fue una pequeña diversión que terminó con las vueltas de la cinta dorada a modo de hojas.
Y así, en vez de pasar una tarde haciendo tarjetas o trabajando en las páginas de algún mini álbum, me pasé una tarde versionando mis complementos para mi vestido de invitada. Espero que os haya gustado esta idea y que pronto os pueda volver a enseñar alguna cosita. Feliz verano.
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