Estos últimos meses me ha tocado disfrutar con lejanos placeres infantiles: cartearse con desconocidas, emocionarse con cartas venidas de otras provincias, jugar a una especie de amigo invisible, intercambiando tags, haciendo lo mejor que una sabe un álbum veraniego de regalo para otra persona que espera que lo reciba con ilusión y le provoque una gran alegría.
¡Y con qué ilusión se reciben y se envían! Desde que empieza la época de empezar a mandar nuestros trabajos a nuestras amigas invisibles, todas estamos con las uñas entre los dientes. ¿será hoy? ¿será la semana que viene? ¿será el mes que viene? ¿quién será mi compañera? ¿de dónde vendrá mi álbum?
Esta semana llegó mi paquetito. Fue todo un acontecimiento, ya que no lo estaba esperando, enfrescada como andaba en tantas cositas que tengo en la cabeza estos días, y sin ninguno de mis dos portátiles (todos en el taller, se han puesto malitos a la vez). Pero al ver el paquetito encima de la mesa de la oficina, con remitente en Extremadura... ¡ay, qué ilusión! El mío, mi álbum, ¡ya estaba aquí! Tuve que llegar a casa para abrirlo.
La alegre portada te saluda con su brillante sol diciéndote "Hola". Desde las cálidas tierras extremeñas, las temperaturas se disparan el día que llega a este valle gallego de "A Maía", tan próximo al mar. Un tórrido calor llega con nuestro alegre solecito.
Mamen ha optado por una estructura tipo libro, perfecta por lo poco que ocupa, de alegres colores veraniegos, con sitios para colocar etiquetas en las páginas principales y con bolsillos superiores para alegres "photo-mats" realizados en cartulina amarilla y con las esquinas troqueladas.
Se despide este álbum con una contraportada decorada con un rico helado,... ¡de tres bolas nada menos! Una por cada mes que tiene este largo verano: Julio, Agosto y Septiembre. Es en Septiembre que empieza la cosecha de manzanas en las lejanas pomaradas asturianas, pero también en estas tierras gallegas es la época de la fruta caída al suelo en las fincas de los abuelos.
El papel que usó en la portada, me recuerda este hecho del verano, que siempre empieza con las manzanas verdes, y termina con ellas maduras... y a mí me encanta comer la fruta directamente del árbol en septiembre.
Y en octubre,... ¡la sidra dulce! Gracias Mamen, es un trabajo muy bonito y lo guardaré con ilusión. Me ha inspirado para hacer otras cositas en mis próximos trabajos, y quedará fantástico con las alegres fotos de mis niños en sus vacaciones. Seguro que la feliz sirenita y la joven surfera del intercambio de tags, también serán felices en su nueva casita. ¡Un bico!
P.D.- Las tórridas temperaturas bajaron a los pocos días, y ya volvemos a pasear por las noches con chaqueta.
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